¿Se pueden medir las emociones?

La fuerza afectiva o buscando el artefacto para medir las emociones



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En la plataforma emocional se encuentran fuerzas tanto ocultas (inconscientes) como conscientes. Algunos individuos infunden pasión en cada emoción, mientras que otros parecen desconectados de su mundo emocional, como si no estuvieran dispuestos a desplegar su sentir.

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Los humanoides se preparaban en campos de batalla identificándose con diversos bandos y plataformas emocionales, precisamente confrontándose con su lucha interna. En ese terreno, las fuerzas emocionales comenzaban a manifestarse, algunas reguladas y otras desbordándose sin poder contenerse. Los humanoides debatían entre sí:

• Me gustaría infundir más energía en mis emociones. Cuando estoy con otra persona, deseo expresar todo lo que siento en ese momento. Quiero darle fuerza a mis emociones para sentirme más vivo, pero siento que no logro animarme lo suficiente, lo cual me genera un conflicto interno. Cuando estoy con alguien, deseo reír a carcajadas, llorar y, en ocasiones, decirles cuánto los amo, pero no puedo encontrar esa fuerza – expresó un humanoide.

• Yo, por otro lado, soy pura pasión, siempre a mil revoluciones. Me enamoro rápidamente y expreso mi amor en cada contacto con mis parejas. No espero nada; en cada relación es como un amor a primera vista. Dicen que soy apasionado, que mis emociones me controlan, pero es falso. Tengo mucha energía emocional. Sin embargo, así como amo rápidamente y con intensidad, también puedo odiar y guardar rencores por años. Puedo enojarme mucho y perder el control de mí mismo. Siempre digo que tengo mucho temperamento y exijo que la gente me acepte como soy.

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En cada afecto reside una fuerza: la energía que cada individuo despliega en sus emociones. El afecto es consciente, el sujeto tiene la elección de su objeto y la capacidad de invertir la energía necesaria para establecer un vínculo afectivo con el objeto que desee. En este caso, las personas tienden a seleccionar, según sus criterios, si invierten suficiente amor en la otra persona. En ocasiones, un humanoide puede decidir no invertir energía en el otro, declarándose como no disponible, mientras que el otro desea invertir toda su energía afectiva en esa relación. Es un hecho que las relaciones unilaterales no funcionan, lo cual genera conflicto. Es importante tener en cuenta que las relaciones no siempre son de atracción; también existen relaciones donde se establece un vínculo de emociones de evitamiento, odio, envidia, recelo o desconfianza. Estas emociones también crean un vínculo, donde el humanoide establece una relación con el objeto de su odio. En otras palabras, se odia lo que se desea.

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Las fuerzas internas de la plataforma afectiva son intensas. Henrytustra sentía el vaivén de estos extremos afectivos, con algunos individuos desplegando poca energía afectiva y otros gastando hasta la última gota de reserva en cada relación. Agitado por estas fuerzas, expresó:

• ¿Alguna vez te has preguntado dónde pone la gallina sus huevos? En su nido, en un lugar que considera seguro. ¿Alguna vez te has preguntado dónde colocas tus emociones? ¿Has evaluado la fuerza que utilizas en cada relación con cada individuo, ya sea tu padre, madre, amigos, pareja, enemigos o rivales? Intenta resolver la ecuación de la energía que inviertes en cada relación. Despliega la buena energía y no te desgastes vinculándote con el odio, envidia, celos y otras emociones negativas. Libérate de las maletas con emociones pesadas que no te dejan avanzar. 

Así hablaba Henrytustra.

www.henrymosquera.com 

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