Una lectura a los estados mentales internos

El que se pierde puede regresar o el que tenga ojos que lea su mente.



Aquellos que pierden el camino se sienten vacíos, desolados e incomprendidos. En ocasiones se pierden de su camino porque necesitan tomar un descanso. No hay prejuicio, si eso es lo que necesitan. Estas personas deciden por un momento de sus vidas evadirse a lugares donde ya nada importa. Ellos lloran por personas que se han ido, ellos no pueden soportar un fracaso económico,  ellos se sienten inferiores ante situaciones de la vida, ellos llevan penas en el alma desde pequeños, ellos no sienten conexión con los otros. Tantos humanoides que se pierden, divagando por caminos que en un determinado momento ellos lamentan. 

Cada uno de estos humanoides es un mundo diferente, cada uno tiene una historia de vida única e irrepetible. Todas estas historias de vida tan interesantes las unas como las otras. Aunque todos los humanoides que se pierden parecen divagar sin rumbo alguno por el camino de la vida, cada uno de ellos pide a gritos que se le escuche sobre la historia de los golpes que les ha pegado la vida. Un poquito de escucha, un poquito de vínculo, un poquito de amor. 

Henrytustra salía de aquella cueva caminando lentamente. Él había encontrado el norte con la ayuda de la ubicación del sol. Un hombre harapiento se acercó tímidamente,  un humanoide que parecía haber perdido la seguridad en sí mismo,  un humanoide que parecía ya no creer en sí mismo, un humanoide que había perdido el sentido del camino de la vida. Este humanoide llevaba muchos años perdido del camino. Y así le preguntó :

- Henrytustra crees que vale la pena encontrar el sentido?

Que pregunta tan sencilla, pero tan profunda, pensó Henrytustra,  el sentido es la palabra que le da profundidad al camino. Encontrándose en la paradoja de la complejidad de la sencillez, Henrytustra le respondió así :

-Un camino lleva a otro camino, como un escalón conduce a un escalón superior. No puedes leer lo que vendrá en ese camino, puedes intuirlo o anticiparlo, pero nunca leerlo. Sólo puedes leer lo que pasó y lo que está pasando. Para eso debes abrir los ojos bien grande, con fortaleza y estar presto a leer lo que pasa dentro de ti. Debes tener la fortaleza de leer lo que está pasando. Busca con tus lentes las razones por las que has decidido perderte del camino. Mira con tus binoculares en que momento dejaste de creer en tus deseos, en que momento dejaste tus proyectos de lado. Recuerda que es menester regresar, puedes regresar cuando quieras, las puertas del retorno están abiertas para todos. Así hablaba Henry Mosquera.  


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