El conjuro en la personalidad obsesiva-compulsiva o quieta Margarita animal feroz
Puerta tras puerta, experiencia tras experiencia, camino tras camino, aprende a abrir tu corazón a los humanoides que amas. Acepta a los otros y te sentirás aceptado, pero si aceptas no esperes nada a cambio, sólo déjalo fluir. La siguiente puerta estaba adornada con unas plantas de sábila amarradas con una cinta verde y una roja. Henrytustra había visto esos amarres en varias ocasiones a culebreros, santeros, curanderos de mal de ojo y brujerías.
-Esto hace parte también de la constelación del humanoide, cuando creen que pueden arreglar las cosas con el fantástico mundo de la magia, susurró Henrytustra.
-Quieto ahí, animal feroz, que antes de nacer vos nació el redentor del cielo, le contestó la personalidad obsesiva-compulsiva en una ráfaga irrefrenable de palabras, mientras al mismo tiempo caminaba tres pasos hacia adelante y dos hacia atrás, como si se tratara de un ritual.
-Con una mano escribo y con la otra borro. Se me vienen unas ideas morbosas cuando voy a la iglesia y veo a la monjita aquella, esa joven con su cara angelical que no despierta un mal pensamiento, tendría que ser uno muy dañado de la cabeza para pensar en el sexo con esa monja, pero a mi me llegan esas ideas contra mi voluntad, yo la veo levantándose la falda y mostrándome los calzones, la figuro en mi mente viéndole la ropa interior cuando se sienta, relataba su historia la personalidad obsesiva-compulsiva, mientras entre párrafos se le escuchaba decir: “Quieta margarita animal feroz convertida en vaca, por la orilla la babilla”. Y continuaba su narración: “Así como llegan a mi cabeza mil ideas morbosas de la monja , enseguida tengo que meter una contra, una inyección anti morbo. Es ahí que suelto mi retahíla de Margarita para borrar los malditos pensamientos de los calzones de la monjita”.
Los conjuros son comportamientos que tienden a borrar de manera mágica pensamientos obscenos y agresivos que se instalan en el pensamiento de la personalidad obsesiva-compulsiva contra su voluntad consciente. Estos sujetos tratan de mantener su mente ocupada con actos compulsivos o con gestos meticulosos evitando así las ideas morbosas. En fracción de instantes ideas rápidas, flashes mentales donde el sujeto puede visualizar la vecina mostrando sus partes íntimas, las fotos de los santos tornándose en burlescos perversos. En otros casos, estos sujetos pueden imaginarse saltando por una ventana o con un cuchillo en las manos clavándolo en la pierna de su madre. Este tipo de ideas se viven con vergüenza, con miedo que sean interpretadas o leídas por los demás. El conjuro consiste en la verbalización de vocablos y en la repetición de gestos que puedan borrar estas ideas malsanas.
En algunos humanoides el conjuro es una forma de pensamiento mágico. Un mundo mágico inmaduro que considera que con pensamientos fantásticos se desaparecen las realidades. Oh! cuan lejos del nivel superior se encuentran algunos humanoides, señalaba Henrytustra. Las ideas deben ajustarse a la realidad en una danza de ida y regreso, idea-realidad, realidad idea. Henrytustra pensando en ayudar a salir la personalidad obsesiva-compulsiva de ese círculo que lo esclavizada, insinuó : ¡que viva la magia! tuve un gran amigo que se llamaba Merlín y otro que movía objetos, se llamaba Yoda. Grandes personajes que se quedaran en mi mente como grandes magos. Desafortunadamente, solo viven en nuestra mente como lo que son, unos magos. La realidad es diferente. Eres responsable de tus pensamientos y de los gestos que los acompañan. Nadie puede leer tus pensamientos, aunque estos marquen tus comportamientos y definan tu camino. Abandona el pensamiento mágico, déjalo para los niños. En ellos éste es una etapa fundamental de desarrollo. En el humanoide adulto, resolver los problemas con magia es un gesto de inmadurez. Deja la magia para la diversión, mas no dejes que defina tu vida”. Así hablaba Henry Mosquera.
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