La personalidad dependiente regala más de lo que tiene o te regalo a mis hijos.
La personalidad dependiente ofrece y se amarra a aquel que da, es verdaderamente paradójico lo que esta personalidad vive. El ciclo se instaura cuando la personalidad dependiente ofrece, atrae y amarra al otro, una vez que ha establecido un mínimo de vínculo, considera que se ha generado una deuda.
En el recorrido de esta casa, Henrytustra se topó con una familia que tomaba las onces. Ahí se encontraba una joven adolescente, se veía desprotegida y asustada; escondía su historia. Ella trataba de evitar que su progenitora sufriera las consecuencias de su declaración. Con un gesto de cabeza, la progenitora invitó a Henrytustra a entrar a la habitación. Una vez al interior escuchó el siguiente relato:
-Hay actos que no tienen perdón ni tiempo suficiente para pagar una condena en ninguna cárcel. La joven que viste afuera es mi hija. Cuando miro a sus ojos veo el odio. Me mira como si yo le hubiera robado algo. Y yo no hago más que buscar lo mejor para la familia. Es una triste historia, pero todo no es culpa mía, ella también está grande y tiene poder de decisión. Conocí a un personaje que vino a vivir aquí conmigo. He tenido parejas que van y vienen, vienen y van, desafortunadamente no se quedan. Este último, hago todo lo posible para que se quede; le ofrecí alojamiento, se vino a vivir a casa. Este humanoide me pidió hace algunos años, cuando mi hija tenía 10 años, que lo dejara observarla cuando ella se estaba bañando. Yo le dije que estaba loco, que era un pervertido, pero él me amenazó con irse, con abandonarme, así que para conservarlo le permití que la mirara desnuda en el baño. Al comienzo me pareció extraño, pero con el tiempo me fui acostumbrando, pues me lo siguió pidiendo. Después me pidió que fuéramos a la alcoba de la niña y que la tocáramos en sus partes íntimas. Yo accedí, fui también tomando placer a este juego. Él me convencía y me decía que la niña ya estaba grande y que a ella le gustaba eso. Hemos tenido relaciones sexuales con mi hija, yo estando presente. Tal vez ella nunca me lo perdone, pero al menos he podido guardar a mi pareja".
La personalidad dependiente en su afán por agradar y conservar a su pareja puede ofrecer a sus hijos en bandeja de plata con el fin que patologías perversas complementarias satisfagan sus más desviados deseos sexuales. La personalidad dependiente abre espacios que permiten a algunos pedófilos y pederastas abusar de sus hijos. La personalidad dependiente va a participar de estos abusos cerrando los ojos. En otros casos los jóvenes son explotados sexualmente o utilizados con fines ilícitos (venta de drogas, transporte de armas, etc.). La personalidad dependiente participa convenciendo a sus hijos que lo que pide su pareja es lo que hay que hacer. Cuando son sorprendidos van a sostener que fueron víctimas de manipulación o que desconocían lo que sucedía.
Henrytustra trataba de comprender la magnitud del daño que hacía esta madre a la joven adolescente. De hecho, con este tipo de experiencia, esa joven tendría seguramente dificultades para sanar su plataforma afectiva. La personalidad dependiente suavizaba estos acontecimientos con la negación de la realidad. Henrytustra se pronunció así:
-Tu esfera emocional es muy precaria. Ofreces a tus hijos con el fin de no sentirte abandonada. Primero, no estás en capacidad de ser autónoma en tus decisiones. Segundo, no lees lo bajo que puedes llegar con estos actos, es un nivel rastrero y tercero faltas de empatía con tus hijos porque no logras leer su sufrimiento. Procura mantener a tus seres queridos lejos del impacto de tu angustia de abandono. Salva a tus hijos, rompe ciclos, protege a tus hijos. El mandato de los padres es un mandato de protección. Así hablaba Henry Mosquera.
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