La entrada de la personalidad obsesiva-compulsiva, un humanoide que sufre de excesos de silencio, limpieza y organización.
Son tristes las historias de aquellos que viven una vida sin tener clara la lectura de sus estados mentales. Aquel que no lee sus estados está condenado a la repetición de ciclos. La frase más común que se escuchan en estos humanoides es aquella que dice: ¿no sé por qué a mí siempre me pasa lo mismo? Aquel humanoide no ha comprendido que él genera este tipo de comportamiento, el cual tiene un impacto en él y en las respuestas subyacentes de los otros.
Mientras Henrytustra organizaba sus ideas pasaba un humanoide susurrando números y frases. Se le observaba en la gran sala dando pequeños pasos que parecían repetir un algoritmo. Caminaba en círculos y regresaba a su sitio de partida. En medio de todas las personalidades no se notaba su presencia, era inseguro y silencioso. Henrytustra lo observaba con detenimiento tratando de descifrar el algoritmo. Observó en el primer plano una tendencia a la evitación y de forma ambivalente una tendencia a la acumulación. Henrytustra solicitó que este humanoide saludara a la audiencia y se presentara, a lo mejor el auditorio lo podría conocer mejor. Aquel humanoide indicó que no quería relatar su vida y menos sus pensamientos. Henrytustra insistió señalando que todas las personalidades que habían sido invitadas sufrían de trastornos de la personalidad y por lo tanto sufrían de sentirse bloqueados y no poder acceder al nivel superior.
Este humanoide reflexionó brevemente su condición y se expresó así :
-Voy caminando, evitando pisar las líneas prohibidas; voy cogitando los números que van saltando siguiendo formaciones en mi mente; voy rumiando mis ideas que son maravillosas, son ideas de mente brillante. Soy un intelectual; mi fuerza está en la esfera cognitiva; mi debilidad es que esas ideas no las logro concretar, se quedan rodando en mi mente como un tornillo sin fin. Vivo preso de la limpieza y la organización. Las cosas sucias me repugnan, gas. Debo lavarlas, inmediatamente y después me lavo las manos. Efectúo rituales todos los días, amo los rituales. a, b, c, d siempre tiene que ir en este orden, si esto se desorganiza, yo me desorganizo. Me llamo la personalidad obsesiva-compulsiva.
Henrytustra tomó un tiempo para cambiar de aire, caminó por su fortaleza, mientras las personalidades patológicas se apresuraban a dialogar con él, buscando encontrar una respuesta a sus problemas. Henrytustra acogía a todas esas personalidades, pero había aprendido que una personalidad de adulto no se cambia de la noche a la mañana, eso toma su tiempo. Sin embargo, los tranquilizaba diciéndoles que ya les llegaría el tiempo de realizar sus lecturas. Después de un corto receso, Henrytustra tomó su maleta y se dirigió hacia la salida de la fortaleza donde lo esperaba la personalidad obsesiva-compulsiva para llevarlo a visitar su casa. Los dos personajes se fueron perdiendo en medio de la bruma. Así hablaba Henry Mosquera.
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