Autocentración rígida en la personalidad Narcisista o, Yo, Yo, Yo y sólo Yo.
Henrytustra salió de la habitación de la búsqueda de admiración cuestionándose sobre el sentido del verbo admirar. ¿Contemplar y admirar la belleza de lo natural incluía a este humanoide que buscaba la contemplación del mismo? ¿Era eso la admiración del humanoide, buscar reconocimiento de los otros a través de sus logros? ¿Puede el humanoide triunfar y seguir siendo humilde? De nuevo en el salón de la personalidad Narcisista, Henrytustra observaba una cantidad de globos que tendían a acumularse en el techo. Pausadamente, mientras cogitaba lo que acababa de vivir, se dirigió hacia el lugar de donde salían esos globos. En la puerta de esta alcoba había un letrero en el cual se veía inscrita en un metal que parecía oro, pero que finalmente era una imitación, la palabra YO. Henrytustra ingresó al recinto, aunque anticipaba que la personalidad Narcisista no parecía necesitar ayuda. Esta personalidad no expresaba sus fragilidades porque sus mecanismos de defensa ocultaban profundamente sus fallas. Colgados en todos los muros de la alcoba se encontraban cuadros con la palabra YO. La personalidad tomó la iniciativa y dijo:
-Que grata sorpresa. YO también he caminado los caminos como lo haces tú. YO he visto cosas maravillosas, mejor que las que tu has visto. No me interesa lo que tú hayas visto, sólo me interesa lo que yo veo y el camino que voy haciendo. Lo que hago, lo hago por mi bienestar y no por el tuyo. YO viajo para mostrar que estuve ahí y no para conectarme con ese lugar. YO tengo esposa para demostrar que es bella y no con el fin de tejer una relación maravillosa; YO voy a la universidad para resaltar mi diploma y no para conectarme con el conocimiento; YO tengo conocidos para hablarles de mí, mas no porque me interese escuchar lo que tienen para decir. YO deseo satisfacer sólo mis necesidades, los demás no existen emocionalmente para mí sino como unos objetos que puedo manipular para llegar a mis propios fines. YO no tengo defectos, la manera como YO hago las cosas es la adecuada. En mis relaciones amorosas, la pareja tiene que acomodarse a mis deseos porque YO así lo deseo y así me quedo, gústele a quien le guste. De todas formas, YO siempre tengo la razón.
La autocentración es un trazo de personalidad característico de la personalidad Narcisista. El sujeto autocentrado tiende a pensar que es el centro del universo. Todo gira alrededor de él. En una discusión el sujeto autocentrado interviene para hablar de sus situaciones de vida. El objetivo principal es ser el centro de atención. En la discusión se reconoce el sujeto autocentrado por la abundancia del pronombre YO en su alocución. Esta personalidad tiene dificultades para efectuar intercambios en los diálogos con los demás. Todas las conversaciones las gira hacia el mismo, dejando poco espacio para el intercambio de ideas. Él piensa que sólo él tiene la razón, que sólo él tiene la inteligencia suficiente para comprender, que sólo él puede dar una opinión interesante. En algunos casos, cuando es confrontado frontalmente, este tipo de personalidad siente que su YO es atacado masivamente y tiende a defenderse con ataques degradantes hacia los demás. Esta personalidad se encuentra fijada en etapas del desarrollo precoces donde evidentemente el infante vive la autocentración con el fin de definir su propia identidad. Es una de las bases para establecer relaciones sanas con los demás, el intercambio de ideas. El sujeto autocentrado está fijado en etapas precoces que no le permiten acoger cálida y empáticamente las ideas de los demás.
Henrytustra escuchaba a este sujeto, quien tenía un discurso que parecía superficial, todo giraba en torno a él, sin encontrar una profundidad en lo que pronunciaba. Entre más escuchaba, más se percataba de la importancia de la imagen en esta personalidad. La identidad parecía herida, por lo tanto esta personalidad se había creado una imagen superficial, falsa, una imagen para mostrar. Este sujeto patinaba sin parar en la búsqueda de una identidad sólida y sólo salía a flote la espuma. Henrytustra haciendo prueba de empatía con este humanoide que sufría sin darse cuenta y que hacía sufrir a los demás, dijo así:
-El centro del universo no es la tierra. El centro de todo es relativo según la perspectiva que tomes para observar. El centro de la tierra no eres tú. Todos los humanoides tienen un centro. Así, tu centro es enriquecido cuando puedes salir de tu pequeña parcela. Si te quedas encerrado en la pequeña parcela del YO no te permitirás conocer lo interesante de los otros humanoides. Deja ya de mirarte el ombligo y comienza por preguntarle a tus seres cercanos: cómo estás? Así hablaba Henry Mosquera.
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