La inestabilidad interpersonal en el borderline o, ni contigo ni sin ti.

La inestabilidad interpersonal en el borderline o, ni contigo ni sin ti. 



La casa parecía vacía,  pero realmente era el salón el que se encontraba vacío. En las habitaciones se encontraba una maraña de esta compleja personalidad que necesitaba comprenderse.  Completamente sumergido en el mundo de sus propias emociones, Henrytustra tomó un tiempo de respiración; aún sumido en las sensaciones de montaña rusa que venía de experimentar, buscó su propia plataforma emocional y retornó a la calma que lo caracterizaba. Sólo en ese momento pudo percatarse de lo que lo rodeaba.-Veo que hay más puertas en la personalidad borderline, se dijo a sí mismo. Una parte de sí le decía que continuara su camino, que saliera de esa casa a visitar otras personalidades,  pero la otra parte le decía que para encontrar el sentido profundo de lo que piensa el humanoide había que sentarse a dialogar con él y dejarlo que ventilara su experiencia. Vive el momento que compartes con cada humanoide, pensó. La siguiente puerta se encontraba medio abierta. Una bella personalidad saltó de una silla, con una expresión sonriente y acogedora, una personalidad carismática se paseó a su alrededor buscando ser apreciada. -Hola hermoso,  se insinuó.  El color rojo en sus labios era intensamente llamativo. Sin mucha retórica continuó: -si eres para mi yo seré para ti, sólo quiero alguien que esté siempre a mi lado, que no nos separemos nunca, te quiero sólo para mi. Henrytustra inicialmente se sintió halagado. Sin embargo recordó su legado,  el camino Y ripostó : -eres supremamente simpática, creo que puedo conversar contigo, pero tengo un camino que se va construyendo con cada paso. La personalidad se agitó sorpresivamente; cerró la puerta intempestivamente.  -Pues de aquí no sales. Crees que puedes andar por el mundo ilusionando humanoides en busca de amor. Crees que puedes venir,  crear un vínculo, por mínimo que sea y marcharte así nada más. Buscas caminos y no te das cuenta que cada vez que partes abandonas a un humanoide. Henrytustra trató de ahondar en el meollo de la problemática del abandono: escucho lo que dices, veo que te sientes abandonada. La personalidad Límite se sintió desarmada, en su historia de vida no lograba tejer vínculos profundos. -Claro que he sido abandonada mil veces. Me han tomado y me han dejado como si fuera un trapo, eso es lo que soy? Un trapo que sirve para limpiar? Cuando trato de retener a mi pareja me vuelvo intensa y eso crea el efecto contrario, mis parejas buscan oxígeno. 


La personalidad Límite presenta dificultades para crear vínculos profundos y seguros. Este tipo de personalidad crea vínculos rápidos y superficiales.  Piensen en aquellas personas que están dispuestas a darlo todo por ti cinco minutos después de haberlas conocido. El filtro relacional parece no existir, así que vas a tener la impresión que se adhieren rápidamente. Sin embargo, cuando la relación requiere un paso más elevado de maduración estas personas van a tener dificultad para sentirse seguras en la relación.  Más profundidad en la relación significa paradójicamente más inseguridad de perder a la persona amada. Por lo tanto, con gestos inconscientes van a alejar a las personas, van a atacarlas pensando que ellas son atacadas por tratar de dejar el vínculo.  Estas personas obligan a su objeto de amor a estar presente y en su presencia lo maltratan y lo destruyen. Muchos prefieren irse otros van a vivir la inestabilidad interpersonal dependiendo de su patologia complementaria. 


Henrytustra se sintió preso de la relación,  la puerta estaba cerrada y no podía salir de ahí. Realmente, no buscaba salir de ahí antes de distensionar la dinámica presente, con tono empático señaló : ves los buses, los trenes, los taxis,  ves todos esos medios de transporte que van por los caminos del mundo. Pues bien, estos van tomando humanoides, unos se suben y se bajan en la próxima estación,  ellos ya llevan una agenda propia,  tal vez su propio sentimiento de abandono; otros se suben al comienzo del trayecto y se bajan en la última estación.  El que siempre se queda es el chofer, este sabe dónde empieza y dónde termina su camino. Tu debes ser el chofer de tu identidad, conduce a los que te acompañan en el camino de forma segura y agradable. Y nunca pierdas el norte, nunca dejes el camino, así algunos se suban o se bajen. Así hablaba Henry Mosquera 


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