Inestabilidad emocional en el borderline o ya no sé con qué pie bailar.
Henrytustra salió del
cuarto impregnado de signos negativos, porque el negativo impregna con o sin
intención.
- ¿Más puertas? Se
preguntó. Si, más puertas, hay que terminar la tarea. Se respondió a sí
mismo. Una puerta se abre a cada momento que otra puerta se cierra.
Henrytustra tomó
aliento, descansó un poco, retomó su propia identidad. De hecho, cada encuentro
le removía también sus propias emociones. Ingresó a otra alcoba.
-Jajaja, que bueno que
llegaste, que alegría inmensa. En este mundo todo es felicidad. He escuchado
hablar de ti, creo que ya te conozco; pienso que nunca me voy a separar de ti,
exclamó la voz.
-Eres un sentimiento eufórico,
me siento halagado con tus palabras, ripostó Henrytustra. ¿Siempre estás
así de contento? Esto cambia mi perspectiva de esta casa, en donde el contenido
de los otros cuartos es de sufrimiento.
-Casi siempre, contestó
a voz. A veces cambio un poco, como todos en la vida, unas son de cal y
otras son de arena.
-Si ese es el caso debo
seguir mi camino, mis palabras van generalmente dirigidas a la gente que
necesita ayuda. Replicó Henrytustra.
- Noooooo, gritó
airadamente la voz, eres un desalmado, maldito! te detesto por ilusionarme
de esta forma, creí que éramos amigos y ahora me atacas tratando de
marcharte. Señaló la voz con un aire de desespero, sintiéndose
desgarrado en su interior.
Las emociones fluctuantes
son una característica de la personalidad Límite. Las personas con este trazo
de personalidad presentan unos cambios abruptos en la expresión de sus estados
anímicos. Están eufóricos cuando tienen lo que desean, principalmente si
su objeto de amor está cerca; aunque pueden experimentar un cambio inmediato a
la tristeza, el llanto o el desespero cuando se sienten abandonados por su
objeto de amor. En ese caso tienen la impresión que su amor, los abandona, los
ataca, los hiere. Estas personas tratan de manipular a los otros para que se
queden al lado y si sus artimañas no funcionan pueden volverse hostiles. La
gestión de las emociones es pobre como también lo es la lectura que hacen de
éstas. En medio de sus fluctuaciones afectivas tienden a cometer actos
impulsivos, de los cuales se arrepienten poco porque en general le atribuyen la
culpa a los demás que le han abandonado.
Me sentí amado y me sentí odiado un segundo después pensó Henrytustra. Ya no sé con qué pie bailar. En medio de su duda sistemática, señaló:
-Hay una especie de vaso
o contenedor que envuelve un sin número de emociones, vas sacándolas según la
circunstancia externa o la experiencia interna. En todo vaso hay un regulador
de temperatura, esa es la intensidad con la que manejas esas emociones, es tu
autocontrol. Toma tu regulador, colócalo suave. No recalientes tus emociones,
las vas a quemar, vas a quemar tus neuronas y vas a quemar las emociones de los
demás. Coloca suave ese regulador. Así hablaba Henry
Mosquera.
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