Tipos de personalidad o a mí que me esculquen

 

Tipos de personalidad o a mí que me esculquen

 


En aquella mesa se sentaban los comensales, uno por uno fue tomando asiento. Eran todas unas personalidades. Estos personajes, los había de todos los colores, tamaños, edades y estilos, unas verdaderas personalidades. Con mesurada alocución Henrytustra les dio la bienvenida.

 

-Buenas tardes mis queridas personalidades, es realmente un gusto tenerlas aquí conmigo. Algunas de ustedes no saben quiénes son ustedes mismas, se ven todos los días en el espejo y no ven más allá de su propia imagen. No se preocupen por eso, vamos a hablar de cada una de ustedes y de las características que las hacen tan especiales.  

Existen múltiples propuestas para describir los trastornos de personalidad, uno de los mas comunes es la del DSM, o la escuela norteamericana, esta clasifica los trastornos de peersonalidad así: paranoide, esquizotípico, esquizoide, antisocial, límite (borderline), narcisista, dependiente, histriónico, obsesivo-compulsivo y evasivo. Para aquellos que prefieren evitar las etiquetas pegadas en la frente del sujeto, otro tipo de descripción se sugiere en el CIM-11 (OMS) descrito por grupos de rasgos: control de impulsos, disruptivo, disociativo, afectividad negativa, desapego, desinhibición, características anancasticas y el patrón límite. El tipo de personalidad se define a través de rasgos que llamamos trazos. Estos se van tejiendo a lo largo de la vida del sujeto según sus experiencias primitivas y sus relaciones. Nadie escapa a la personalidad, todos tenemos una. El secreto está en cómo manejar los trazos de personalidad, si estos se tornan muy rígidos, repetitivos e intensos, el sujeto está tomando la poco aconsejable vía del trastorno. 

 

Henrytustra observando las personalidades discutir de sus vidas entre ellas y de sus desmanes comentó:

 

-Desde tu infancia vas construyendo una fortaleza, debes colocar primero los cimientos, esos se van enraizando y los vas ocultando progresivamente con los muros; instalas puertas y ventanas para mirar hacia afuera; una sala para recibir a las visitas poco deseadas y una más acogedora para las visitas más cálidas, ¡ah! y más tarde una habitación para las visitas calientes; no olvides la cocina, los hornos; inodoros para vaciar las porquerías. Así es la personalidad, cada uno construye la propia y ésta será tan bella o tan repugnante como la lectura de sí mismo le permita.  ¡Ah! Y no olvides los jardines.  Así hablaba Henry Mosquera.  

0 Commentaires