La personalidad límite o
te doy un dólar si te subes a la montaña rusa.
En aquella fortaleza,
las personalidades hablaban y comían, algunas carcomían. En ese mundo de
trastornos casi ninguna escuchaba; eran todas grandes personalidades
perturbadas con ansías de expresar su dolor. Al fondo de la gran sala, en medio
del bullicio, se escuchaba una voz que solicitaba la atención, emitiendo
algunos chillidos, resaltó:
-Soy la personalidad
límite. ¿Por qué nunca nadie me escucha? Tengo la sensación que todos me
abandonan. Cuando no me escuchan me siento aislada, pisoteada, humillada.
Pienso que no soy buena y que no tengo cualidades que podrían interesar a los
demás. Evidentemente, como me siento sola y abandonada, soy intensa porque no
estoy lista para soltar lo que creo que me pertenece. Si suelto me siento
desamparada y creo que voy a morir. Escúchenme por favor. ¿Por qué nadie me
escucha?
La personalidad límite o
borderline, es un tipo de personalidad donde, como su nombre lo indica, los
límites de la identidad, del sí y de las relaciones con el otro, no están bien
establecidos. Cuando los límites no están bien establecidos, la persona tiene
tendencia a confundir su identidad con la identidad del otro, ya sean sus familiares,
su pareja, sus amigos, etc. El comportamiento inmediato es de apropiación y de
adhesión al otro. Piensen en alguien que tiene comportamientos intensos
cuando su pareja no está presente. Va a llamar, sentir rabia, celos, puede ir a
la búsqueda de su pareja, puede volverse impulsiva. La persona vive en la
identidad del otro y se siente destrozada cuando esta falta. Su mundo emocional
vive altibajos de tristeza y felicidad.
Henrytustra escuchaba la personalidad límite expresarse, observaba su dificultad emocional. En medio del silencio colosal de la sala que provocaba esta divulgación pública, la confrontó así:
-En la ruleta de la vida, los humanoides van y vienen, vienen y van.
Estos son pasajeros del camino y cada uno de ellos tiene su propia agenda. Tus
emociones fluctuantes no son generadas por las otras personas. Tu tristeza y tu
alegría no dependen de la presencia de otro. Si tú lo vives así es porque tu
mundo emocional es una montaña rusa. Debes ser consciente que la misma montaña
rusa que vives, se la haces vivir a tus seres queridos. Así hablaba Henry
Mosquera.
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