El universo de los trastornos o la lucha del normaloide
Deme por favor sal,
pimienta, ajo, cebolla... Henrytustra tomaba todos los ingredientes para cocinar
una buena sopa antes de recordar que hay trastornos queriendo ser escuchados.
Henrytustra tomó asiento alrededor de una mesa de madera rústica que parecía
milenaria. ¿Eso de los trastornos mentales con qué se come? le
preguntaron, a lo que Henrytustra respondió:
-Eso no se come, pero el
contrario es posible, que el trastorno te carcoma. Para tener un buen diagnóstico,
debes pensar en un buen caldo. El sujeto viene con un sin número de ingredientes,
en clínica llamados síntomas y tú los sazonas, los trabajas y le sacas el
producto final. Así tienes un trastorno y un trastornado.
Los trastornos mentales
golpean diferentes esferas del funcionamiento del humanoide. Hay trastornos de
la personalidad, los cuales golpean la lectura de la imagen del sujeto; los
trastornos psicóticos, los cuales golpean la lectura de la realidad del sujeto;
los trastornos afectivos, que golpean la plataforma emocional del sujeto; los
trastornos del uso de sustancias, los cuales golpean la capacidad de autonomía
del sujeto; los trastornos sexuales, los cuales golpean la fuente de placer del
sujeto y los trastornos de ansiedad, los cuales golpean los temores del sujeto.
Esto en cuanto a la patología del adulto. La patología del niño y del
adolescente es otro cuento, un cuento bastante largo.
Henrytustra seguía preparando el caldo, en una olla inmensa, ya que cuando de trastornos se hablaba la lista de invitados era interminable.
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