La ansiedad del fracaso en la orientación profesional o que miedo llegar tan alto

La ansiedad del fracaso en la orientación profesional o que miedo llegar tan alto.





Henrytustra percibía cuán difícil era para el humanoide replantear su camino cuando se le presentaba un fracaso. En la escena de la vida, observaba a aquella mujer que había entrenado durante toda su infancia y adolescencia para ser patinadora. Sus padres habían idealizado sus deseos viendo en la niña une campeona de patinaje. La joven había tenido una lesión en un tobillo cuando estaba en la selección nacional de patinaje y había sido excluida de la selección. En ese momento se presentaron en ellas miedos, sentía que no estaba en capacidad de efectuar otras tareas, se sentía inferior a otros. Esta joven manifestó ansiedad del fracaso, se automedicaba con cocaína y se orientó en la prostitución.  


La orientación profesional en los jóvenes es una encrucijada emocional para ellos y para sus padres. Muchos padres depositan ahí la proyección de sus más profundos deseos, lo cual ejerce una presión mental en su descendencia. Los jóvenes comprenden que la orientación profesional de ellos es importante para los padres y también ven ahí una forma de conducir y ganar su vida.  Sí la ecuación funciona, es posible que todo el mundo quede contento. El problema es cuando la ecuación no funciona. Si el joven no tiene un plan B, C o D se va a ver confrontado a lo obscuro de lo desconocido, a la decepción y a la ansiedad. En muchos casos la ansiedad va a llevar al joven por caminos poco recomendables. En otros casos, la ansiedad va a lanzar al joven a los más infernales lugares de la tierra. Henrytustra observaba con atención las historias de vida, las cuales él medía por estadios de desarrollo, y señaló: “no está mal apostarles a los grandes sueños.  Pero tú, joven, aprende a idealizar tus sueños y no los de las demás personas. Ah y no olvides el plan B, el A en muchos casos no funciona”. 


 


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