Madre sólo hay una
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¿Existe el instinto materno? La maternidad
implica llevar al bebé humanoide durante nueve meses en el vientre, lo que
brinda a la madre una certeza sobre su papel. Su organismo produce la leche
necesaria para alimentar al bebé, proporcionándole las herramientas
indispensables para desempeñar su función maternal. Sin embargo, muchas madres
humanoides se ven atrapadas en emociones negativas, arrastrando consigo
patrones de comportamiento, situaciones de pareja complicadas, incluidas
separaciones o simplemente la ausencia de la figura paterna. En algunos casos,
cargan con el peso de maletas transgeneracionales que cuestionan su modelo de
madre sin encontrar una salida.
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En una sombría habitación, una madre
contemplaba a su recién nacido humanoide llorando, sin encontrar respuesta
inmediata a sus necesidades maternas, absorta en sus preocupaciones.
"¿Por qué tuve este bebé? ¿Quién me impulsó a embarazarme? Debería haberme
conformado con el placer físico en lugar de comprometerme con las
responsabilidades que le siguen. Este bebé está arruinando todos mis planes.
Todavía quiero salir, bailar, tener muchas relaciones, y aquí estoy con este
bebé que no deja de llorar, sin entender por qué. ¿Qué opciones tengo para
liberarme de este lío en el que me metí? Susurraba la madre.
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El enunciado de la “madre perfecta” es una
utopía en el mundo de los humanoides. ¿Qué define a una madre perfecta?
¿Aquella siempre disponible, que lleva al bebé consigo todo el día, que compra
todo lo que el bebé desea?
Un bebé llega al mundo dependiendo de la figura materna, inmerso en sus deseos,
en un tiempo y espacio definitivos para ella. Es crucial que, en medio del
deseo maternal, exista al menos un deseo de proveer un apego emocional al bebé,
proyectando ese deseo con todos los sentidos. Es preciso comprender que el
ideal, solo existe en la mente de los humanoides. Por lo tanto, la madre ideal
es solo un concepto imaginario. Cada madre con una personalidad, cada madre con
sus carencias y con sus deseos, como cualquier humanoide. Si este deseo de ser
madre falta, la proyección sobre el bebé será de vacío, de la nada, del caos.
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Observando a la madre sumida en su conflicto,
Henrytustra comprendió que ella no podría ganar su batalla simplemente cerrando
los ojos; el principio de realidad le mostraba que había un nuevo ser en la
tierra. Colocando su mano en el hombro de la joven madre, Henrytustra se
dirigió a ella:
"En ocasiones, los deseos no coinciden con la realidad. Te sientes sola,
triste y desamparada, con la responsabilidad de criar a este bebé. La vida de
alguien depende de ti a partir de ahora. Tus deseos más profundos estarán
entrelazados con los suyos, y créeme, no es un juego. Si proyectas vacío en tu
bebé, él intentará llenar ese vacío más adelante, y generalmente no lo hará de
la manera más adecuada. A lo hecho, pecho. Literal, madre", concluyó
Henrytustra.
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