Los rencores aliados de un pasado perdido

Los rencores, aliados de un pasado perdido. 



Cuántas formas de rencores aparecen en cada momento en las relaciones. El humanoide debería hablar de los rencores y no del rencor. Los rencores existen en las cuatro esquinas del mundo. Es un sentimiento que se va desarrollando y tomando lugar de acuerdo al tipo de personalidad de cada humanoide. En algunos casos, es solo un sentimiento pasajero que aparece con el fin de establecer límites en una relación nociva. Hay humanoides que tienen intenciones malignas hacia los demás, buscan rebajarlos, aprovecharse de la relación para proyectar odio, celos o envidia. Una reacción sincrónica para alejarse de esas personas nocivas puede ser el rencor. El rencor es aquella voz que dice: 'no me vuelvo a acercar a esta persona porque es malvada'.


Esta es una eventualidad que ocurre en la vida de todos. Sin embargo, hay casos en los que los rencores se convierten en un ciclo repetitivo, en la forma en que se establecen las relaciones. Se observan ciclos relacionales tóxicos donde los rencores se acumulan y generan problemas en las relaciones y en el crecimiento emocional de quienes los experimentan. Hay tantos rencores que envenenan algunas formas de relaciones, miles de rencores imposibles de describir, pero aquí hay algunos ejemplos:


- Relaciones familiares: existen en muchas familias disputas difíciles de conciliar, así como miembros que se consideran más importantes en la jerarquía que otros. Es el caso de los conflictos entre hermanos. En muchos casos, las dificultades económicas, las diferencias por una herencia o el despilfarro de uno de los miembros, entre otras circunstancias, pueden generar problemas económicos reales para el resto de la familia. A veces se generan rencores que debilitan a las familias y los miembros se alejan debido al impacto emocional de este tipo de comportamiento. También existen rencores causados por una preferencia de un hijo sobre otro, generando rivalidad y celos. Los hijos pueden guardar rencores cuando esperaban ser mejor protegidos por sus padres o impulsados en la sociedad, especialmente cuando no reciben apoyo en sus estudios, inversiones o decisiones matrimoniales.


- Relaciones de pareja: la infidelidad de uno de los miembros de la pareja es una gran fuente de envenenamiento de la relación y de rencor. También existen rencores causados por malas decisiones financieras, como el caso de personas que juegan su dinero en los casinos. El rencor puede ser causado por tensiones afectivas cuando uno de los miembros denigra al otro de manera individual o en pareja.


- Entre amigos: existen miles de motivos de rencor entre amigos. Por ejemplo, cuando un amigo traiciona la confianza del otro, invita a salir a la pareja del otro, lo ignora, no lo invita a un evento especial, habla a sus espaldas, se aleja en momentos de pobreza o enfermedad, o se burla públicamente de él. También guarda rencores aquel que se siente inferior a los demás.


Henrytustra había visto y vivido muchas de estas situaciones, de las cuales hoy recordaba con nostalgia el alejamiento de seres muy queridos. En medio de la nostalgia, pronunció estas palabras:


'Existe un rasero para medir la intensidad de los rencores. Este es real cuando te sientes atacado en tu identidad. Los rencores se generan cuando realmente existen motivos que han agredido tu integridad como persona. Pero no dejes que este sentimiento te envenene para siempre. Es importante poder identificarlo y elaborarlo. Es necesario sentarse con los rencores y ver cómo se puede negociar con este sentimiento. No te dejes pisotear, es lo primero que dicen los rencores en el diálogo. Es cierto, no siempre tienes que reconciliarte, aléjate de aquellos que te han hecho daño intencionalmente, especialmente si es un ciclo que se repite. Pero, por otro lado, deja ir esos sentimientos negativos que tanto te amargan. Una persona que guarda rencor, en general, busca venganza y eso lo rebaja al mismo nivel de aquel que le hizo el daño inicial. Suelta a esas personas, sigue tu camino y verás que hay mejores emociones por desarrollar'. Así hablaba Henry Mosquera.



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