La lectura minuciosa y distorsionada de las palabras del otro

 

Las interpretaciones entre líneas en la personalidad paranoica, o les voy a leer la letra menuda, por favor. 



Toda lectura requiere de una interpretación, es un trabajo de descodificación que requiere precisión y acierto. Evidentemente, se interpretan más rápidamente todos los signos, incluyendo las palabras, cuando el individuo es especialista en alguna rama del conocimiento. Por ejemplo, un abogado interpreta más acertadamente el código penal, artículo por artículo, de manera más precisa que alguien inexperto en el tema. Sin embargo, no todos son expertos en todos los temas, e incluso algunos individuos pueden interpretar de manera equivocada según sus propias convicciones. Entonces, ¿qué sucede con la lectura de palabras y comportamientos entre dos humanoides?


Henrytustra tomó una profunda respiración antes de entrar a la siguiente habitación. Cada rasgo de personalidad, uno tras otro, ejercía una fuerte presión en cuanto a la espontaneidad de la respuesta, sobre lo que se podía decir o no, porque algunas palabras eran interpretadas de manera distorsionada. Esta personalidad entraba en conflicto constantemente, obligando al interlocutor a elegir entre unirse a ella o convertirse en su enemigo. El camino de Henrytustra consistía en llegar a las características más profundas de esta personalidad, utilizar sus herramientas para desarmar las defensas y preparar un cambio, promoviendo la transición del individuo a un nivel superior.


Finalmente, Henrytrustra decidió entrar a la siguiente habitación, observando un afiche sobre la puerta en el que un simio tenía la mano en la boca, lanzando un mensaje de "prohibido hablar".

-Aquí es preferible no hablar, porque todo lo que digas será utilizado en tu contra. No hables, no digas nada. Cualquier vocablo te llevará a traicionarte -insinuó la personalidad paranoica.

-Imagino que la decisión de impedir que los demás te dirijan la palabra crea un cierto aislamiento social que debe ser difícil de tolerar -respondió Henrytustra.

-No me gusta conversar con los humanoides, siempre lanzan un doble sentido en sus discusiones. Es difícil de explicar. Cuando hablan, realmente están enviando un mensaje codificado. Nunca confío en lo que me dicen. Ayer, mi esposa me preguntó a qué hora llegaría. El mensaje inicial de esa frase era preguntar por una información cotidiana que parecía banal, pero yo sé que detrás de esa pregunta se esconde el hecho de que ella necesitaba saber a qué hora llegaría porque tal vez quería encontrarse con alguien más. El señor de la tienda siempre me pregunta si quiere que meta el pan en una bolsa de plástico, supuestamente para saber si quiero que lo empaquen, pero el mensaje real que me está enviando es que si tomo la bolsa de plástico, estoy atacando al ecosistema. Tú acabas de decirme que mi decisión crea un aislamiento social, el mensaje que recibo es que estás tratando de convencerme de que quite mi afiche de la puerta y eso no puede ser así. Empezaste mal, Henrytustra.

Las personas que presentan una personalidad paranoica creen ver mensajes ocultos en los escritos, las palabras y los comportamientos de los demás. Estos individuos tienen la convicción de que existe una segunda dialéctica en cada uno de los actos de los demás, con el fin de deslizar mensajes sutiles que sólo ellos creen saber descifrar. En la gran mayoría de los casos, los mensajes que descifran tienen un carácter perjudicial en su contra, aunque en otros casos estos mensajes ocultos tienden a confirmar su creencia de omnipotencia. Esta personalidad está constantemente a la defensiva ante lo que los demás expresan. Son personas sensibles que buscan amenazas o ataques en las palabras de los demás. Si se les pregunta algo, pueden pensar que se les quiere humillar. Por ejemplo, ante la pregunta "¿Has leído a Freud?", la personalidad paranoica puede interpretar que se les está intentando menospreciar en cuanto a sus conocimientos, en caso de que no lo hayan leído. Esta personalidad contrataca rápidamente y trata de sobresalir denigrando las palabras de su interlocutor.

Henrytustra vivía un sentimiento de ambivalencia en la relación que se establecía con la personalidad paranoica. Sería bueno poder ayudar a este individuo a salir de ese encierro de interpretaciones, pero ¿cómo acercarse si tiene la convicción de que se le va a hacer daño? Es el dilema del perro acorralado, tiene tanto miedo que si te acercas a ayudarlo, te morderá. Henrytustra aprovechó una pausa en el discurso y pronunció lo siguiente: "existen sentimientos de inseguridad, pero también existen los de seguridad. Hay momentos de guerra y momentos de paz. Existe la enfermedad, pero también la salud. Debe existir una homeostasis interna que te permita interpretar a los demás tal y como llegan, sin un segundo mensaje. Aprovecha el momento que compartes con el otro, disfrútalo. Hay personas que atacan con sus palabras, pero no todos lo hacen. Rodea tu mente de la bondad de los demás; disfruta de una sonrisa, de una palabra espontánea, aprovecha la improvisación". Así hablaba Henry Mosquera.

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