La disociación en las personalidades esquizo o "aunque la mona se vista de seda, mona se queda"



La escisión mental es una división entre lo uno y lo otro o entre lo externo y lo interno. Un yo dividido arrastra durante mucho tiempo una problemática de identidad donde el humanoide se confunde entre él y el mundo que lo rodea.


Largas barbas habían crecido en aquellos ermitaños pensadores de lo más básico de la existencia del humanoide: los sentidos, las relaciones, la lectura de lo real y de la realidad. Nunca se terminaba una discusión con humanoides que explicaban cómo se construye una identidad, y eso porque cada cabeza es un mundo, y el perfil psicológico generalizado sólo existe en la cabeza de los neófitos y de los ignorantes. 

La personalidad esquizotípica experimentaba la fuerza de un cuerpo ajeno. Sintiendo un ente extraño dentro de sí, pronunció las siguientes palabras:


"La serpiente muda de piel, eso le permite renovarse. Es un ciclo que define que llegó el momento de volver a comenzar. La larva pasa de su estado de crisálida a mariposa. Así la naturaleza le otorga la capacidad de la metamorfosis, lo que quiere decir avanzar en el camino de la vida y del universo. Y yo estoy aquí sentado con ustedes transformándome en un humanoide sabio, pensando en lo esencial de la vida. ¿Qué puede ser más esencial que la transformación de cualquier estado? El paso de la ciudad al campo o del campo a la montaña. Veo la mariposa dejando su estado anterior y me visto de todos sus colores. Sueño con ser mariposa porque en su fragilidad está su poder. Cuando siento mucha presión del universo me transformo aunque sea transitoriamente, es como una división que siento dentro de mí."


La formación de la identidad se lleva a cabo progresivamente. El pequeño humanoide pasa de la percepción parcial y fragmentada de su cuerpo, de sus pulsiones y de sus deseos a una percepción más o menos unificada de lo que es y del espacio que ocupa en el universo. La identidad es ese concepto que le permite al humanoide afianzarse en el aquí sin estar en el allá y viceversa. Las personalidades esquizo se encuentran enredadas en la construcción identitaria. Las pulsiones aparecen fragmentadas, lo que en el aparato psíquico se traduce en estar aquí y estar allá, ser el uno y el otro al mismo tiempo. En los comportamientos hablamos de humanoides que pueden presentar dificultades para reconocer su imagen personal, pueden sentirse divididos entre el humano y un animal o una cosa. La disociación emerge generalmente en estado de presión y de estrés elevado, desorganizando el pequeño mundo en el que funcionan.


Disociar, qué verbo maravilloso, intuyó Henrytustra; un verbo que te permite comprender que las cosas no siempre representan un todo. Llegamos al eterno meollo de la forma. ¿Es el objeto la suma de las partes o es un todo que se divide cuando así se requiere? El cuerpo del humanoide es un todo, pero la construcción de la identidad se hace por partes que tal vez nunca arriban a su producto final. La disociación entre el cuerpo y el pensamiento o entre el pensamiento y los afectos no son sino ejemplos básicos. Ante la escucha de la personalidad esquizotípica, Henrytustra verbalizó estas palabras:


"Estar disociado en un momento o para siempre implica un esfuerzo sobrehumanoide ya que implica considerar la otra parte disociada, crearla, darle vida, animarla, asimilarla y convencerse que se lleva por dentro. Esos son conceptos, cada uno potencialmente magistrales y cruciales en el camino de cada humanoide. La disociación es un paso hacia la asociación. No destruyas todo para volver a construir, cada paso disociado debe conducir a un estado de unidad. La búsqueda de una perfección es una quimera que existe en la mente de los ingenuos. Sin embargo siempre vale la pena intentarlo, busca tu perfección, transformarte en el producto que siempre has anhelado ser. Y no olvides la perseverancia. Así hablaba Henry Mosquera.