Los derapes sensoriales en las personalidades esquizo o agua pasó por aquí, cate que no te vi
Se van concentrando en lo que observan y van dejando de lado aquello que no pueden percibir. En muchas ocasiones, el humanoide se olvida de percibir lo esencial.
- Es hora de partir, mis esquizos - señaló Henrytustra. Y prosiguió: el mundo del ermitaño es bello, pero nos limita en la esfera social.
- Nos dejas aquí y te vas cual humanoide bajo y vil. Abandonas a tus amigos y abandonas tu capacidad de desarrollar tus sentidos - indicó la personalidad esquizoide.
- Siempre veo lo que veo y escucho lo que escucho. Parece tan claro como el agua cristalina, pero se vuelve oscuro como el agua de caño. En las noches veo figurillas extrañas paseándose por los jardines. En un comienzo pensé que eran ustedes, pero pronto me di cuenta de que eran seres especiales que solo puedo ver yo en mi inmensa profundidad de las percepciones. Me llaman por mi nombre y escucho una sinfonía de sonidos que tienen sentido porque van dirigidos hacia mí. La percepción no es tan evidente como parece. Puedo ver lo que otros no ven, los objetos pueden ser mejor observados y es ahí que cada objeto toma una forma diferente - señaló la personalidad esquizoide.
El mundo de las percepciones no siempre se consolida como la lectura concertada de la realidad del común de los mortales. No estamos hablando de alucinaciones, estamos hablando de distorsiones perceptuales, un trozo de deformación de la interpretación y mucho esfuerzo cognitivo en ocasiones transforman el mensaje de lo real. Piensen en aquel humanoide que ve una película de terror y luego baja a su cocina donde todo se encuentra a oscuras. Su temor puede transformar algunos objetos en objetos amenazantes. Las personalidades esquizo viven con temores arcaicos permanentemente, lo que ocasiona en ellos en muchas situaciones derapes perceptuales.
Henrytustra, un ser iluminado, buscando llegar a un estallido de colores internos se pronunció así:
- La percepción de los colores es algo que solo pueden ver aquellos que tienen los ojos para ello. La percepción de los olores requiere detenerse ante el objeto y apreciarlo. La percepción de los sonidos, incluso en su silencio, es como una orquesta que toca todos los días para ti siendo un invitado especial. Los sabores tienen mejor gusto cuando son los sabores de tu tierra. La fuerza del viento te despierta el tacto sin que puedas tocarlo. Cinco son los sentidos y cinco son los tipos de percepción que el humanoide cree tener. Pero esta especie se limita a lo que tiene frente a sus ojos. Realmente, el humanoide posee seis sentidos. El sexto sentido es el sentido de los órganos y los músculos. Es el sentir desde el interior. La cenestesia es el sentido olvidado, el pobre ignorado porque el humanoide tiene dificultades para comprenderlo. Es el sentido que los órganos, músculos y tejidos tienen para comunicar. Mira cuando tienes miedo como tu región estomacal y del corazón lo resienten primero. Seis son los sentidos y no cinco. Desarrolla tu sexto sentido. Escucha tu cuerpo, dialoga con tu interior cuando las emociones hablen. Comunícate y evalúa aquellos momentos donde el cuerpo te dicta lo que debes hacer, pero que no lo haces porque quieres ser racional. Dale calma a tu interior, respira la vida, vive ese segundo, ese minuto, esa hora que tu sentido interno te señala en camino. Así hablaba Henry Mosquera.
0 Commentaires