La desconfianza genera paranoia

Las dificultades relacionales en la personalidad paranoica o ¿por qué me quieren hacer daño?



La confianza es una base crucial en todas las relaciones. Confiar es poder entregar una parte de si mismo al otro para que administre la parte que le corresponde. Toda buena relación, aquella que causa tranquilidad de espíritu, genera la posibilidad de entregar sus emociones al otro confiando que éstas no saldrán lastimadas. 

La casa de la personalidad paranoica vista desde el exterior, parecía un bunker. Cámaras de video apenas perceptibles en algunos rincones se encontraban camufladas a la vista ingenua del transeúnte inadvertido. Particularmente, se observaban altas rejas alrededor de la propiedad y las ventanas estaban también protegidas por rejas que parecían conjugarse con el estilo reservado. Por la parte interior de las rejas de jardín,  se encontraban cercos naturales de pino espeso que apenas dejaban observar al interior. Las ventanas eran más bien pequeñas y las cortinas oscuras para evitar las miradas de los curiosos. Ingresaron al recinto protegido por cuatro cerraduras de extrema seguridad. Al interior, la casa se encontraba adornada con cuadros que hacían alusión a los ojos y las miradas. Habían ojos de humanoides, los bellos ojos que son el espejo del alma. Esta personalidad paranoica era amante de Dalí, el pintor, decía tener mucho en común con este artista. A lo lejos se observaban estatuas de Adolfo Hitler y de Mussolini y un poco más allá,  se divisaba un espacio dedicado a los profetas religiosos, sobresalían Moisés, Mahoma y Jesús el Nazareno. 

Henrytustra y la personalidad paranoica fueron llegando al destino, en medio de conversaciones interesantes en las cuales la personalidad paranoica apretaba con sus convicciones. 

-No toques nada de lo que ves aquí,  Henrytustra.  Todo está debidamente enumerado, no quiero que nada de esto se pierda ya que tiene  mucho valor para mí.  No invito mucha gente a mi casa porque pienso que me van a robar. En ocasiones siento que todos tienen una intención maligna. El mundo es malo, el humanoide es malo, Henrytustra. No te quedes mucho tiempo en mi casa Henrytustra,  no me siento en capacidad de profundizar en relaciones que a la postre terminan siendo perjudiciales. ¿Sabes que entre más la relación se profundiza, más maligna se torna?. 

La personalidad paranoica vive en torno a la convicción de ser víctima de ataques. Existe una tendencia inicial en la presentación de la personalidad paranoica a protegerse de los demás debido a su interpretación personal de que el otro es un ser maligno. Para evitar el contacto con el otro la personalidad paranoica se cierra, no habla mucho con los demás y cuando lo hace, escoge temáticas particulares que no tocan su vida privada. Usa cámaras y sistemas de seguridad en su casa, y es hipervigilante, abre sus sentidos para observar la supuesta maldad con que el otro se le acerca.

De entrada, la personalidad paranoica había atacado implícitamente a Henrytustra  posiblemente buscando una reacción de contraataque que justificaría su impresión de ser atacado. La personalidad paranoica jugaba en esa discusión a provocar reacciones que le comprobaran que tenía la razón.  

Desmenuzando la dinámica relacional Henrytustra habló así: Hay brazos que te agarran y otros que te dejan caer. En los dos casos hay recuerdos que hacen huella en las neuronas. Cuando desde pequeño esos brazos te han dejado caer, la huella de la desconfianza parece arraigada en tu cerebro, consolidó circuitos donde piensas que todas las relaciones te van a dejar caer. Expande tu espectro entre la confianza y la desconfianza. Da la oportunidad a tu cerebro de reconocer nuevos circuitos. ¿Cómo se hace? Una nueva amistad, es un laboratorio emocional y relacional. Entrega en cada nueva relación, un trozo de tus emociones y de tu identidad, juega en ese terreno, con la seguridad que el otro cuidará de ese trozo que compartiste. Así hablaba Henry Mosquera.  


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