Evitando relaciones o, como quien dice: hombre bobo no goza de mujer bonita"
Cada esfera de la vida requiere ir madurando y avanzando. Cada vez que se logra pasar a la etapa siguiente en cada esfera del camino de la vida, nos damos cuenta de que el camino es infinito y que hay muchos otros propósitos por alcanzar. El humanoide no ha terminado su evolución, ni como persona ni como especie. Pero la especie es, antes que nada, reproducción. Algunos se lanzan al vacío en las relaciones con el sexo opuesto a ver cómo les va. Otros evitan las relaciones pensando que pueden ser rechazados.
La casa de la personalidad evitativa era un laberinto. Se iban entrelazando caminos que permitían huir y esconderse muchas veces sin encontrar el buen camino de salida que llevaba a la solución.
-Entremos a mi casa, Henrytustra, es un poco enredada y da la impresión de que te vas perdiendo mientras huyes de tus problemas. Es una forma enredada de construir o de destruir mi identidad -exclamó la personalidad evitativa-. Voy caminando solo encontrando tanta gente bella con la que me gustaría establecer una relación, pero no puedo. Encuentro a esa humanoide que me gusta y, ¡oh!, cuánto desearía poder lanzarme de lleno para que ella me tenga en cuenta, pero no puedo; se me arma un nudo en la garganta. Encuentro a la humanoide ideal, esa con la que desearía vivir el resto de mi vida, pero no logro osar seducirla. En las reuniones, me quedo aislado, no socializo con aquella humanoide hermosa, aunque por dentro de mí creo mil escenarios de la manera de abordarla. Y así van pasando los días, los meses y los años, y yo ahí, me voy quedando solo, sin comprender por qué no soy capaz de osar -concluyó la personalidad evitativa.
La personalidad evitativa considera que no se encuentra a la altura de sus más íntimos deseos. En el caso de las relaciones de pareja, no creen estar a la altura de una mujer bonita o de un hombre apuesto, de una mujer inteligente o de un hombre emprendedor. Desde el comienzo, ven a las personas de éxito como inalcanzables y no logran lanzarse con el fin de establecer una relación, ya que piensan que van a ser rechazados. Así, la personalidad evitativa espera su turno, dejando pasar en muchas ocasiones a las personas del sexo opuesto que ellos hubieran deseado como pareja. Se van quedando rezagados, estableciendo relaciones con aquellas personas que ellos creen que les toca, más no con las que ellos hubieran querido. La personalidad evitativa evita las relaciones aunque en su interior las desea profundamente.
Henrytustra reflexionaba sobre la paradoja de este humanoide. Es la historia de aquel que desea, pero que no logra aventarse por miedos profundos de ser rechazado. Interpreta en su mente, anticipa negativamente y se frena en el momento que debería lanzar su propuesta. Ante esta paradoja, Henrytustra se pronunció así:
"El humanoide está atado a vínculos profundos que lo soportan y lo alimentan. El humanoide busca una relación profunda con otro humanoide del sexo opuesto, claro está, en toda la complejidad de las diferencias de identidad de sexo. Pero tu ansiedad te hace huir de la situación de peligro. Tienes miedo del fracaso y eso solo existe en tu mente. Si fracasas en tu mente de entrada, fracasas a la salida, porque entraste perdiendo en el juego del amor. Lucha por la o el humanoide que crees que mereces y no por el que crees que te toca. Forja así tus relaciones. Así hablaba Henry Mosquera.
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