La limpieza en la personalidad obsesiva-compulsiva o ¿limpio, quiere decir libre de pecado?
Limpio, blanco y organizado, todo un escenario que parecía perfecto. ¿Pero, realmente lo es? ¿Existe el humanoide perfecto?
Cada humanoide construye ideales, algunos piensan que un ideal es llegar a la perfección. Oh!, qué equivocados están. Sólo se puede saber que hay por dentro de un humanoide cuando se tiene la voluntad de ingresar. En las relaciones humanas existen varios niveles y el primero que se encara es el superficial. Es algo así :
-hola, como estás; que bello día hace hoy;
-qué tal está tu café el día de hoy?
Algunas personas se quedan toda su vida en este nivel. La verdad sea dicha, los niveles más profundos son los más complejos.
Henrytustra ingresó a la primera habitación de la personalidad obsesiva-compulsiva. Antes de ingresar observó una larga fila de compartimentos organizados sistemáticamente. Había material en esta casa, vamos a evacuarlo según el orden de cada día, se dijo.
Henrytustra pensaba que el orden y el caos eran platos de la misma mesa. Ingresando a la primera habitación de nuevo se sorprendió por tanta limpieza. La personalidad obsesiva-compulsiva se encontraba tímidamente lavándose las manos frente a un lavamanos. El lavado constituía todo un ritual. La personalidad obsesiva-compulsiva tomaba cada uno de sus dedos, y uno a uno lo enjabonaba, lavaba; continuaba con sus uñas y finalmente, las iba secando en el mismo orden. Si bien ya se había enterado de la presencia del invitado, no lograba abandonar su ciclo de limpieza sin haberlo terminado totalmente. Cuando terminó con una mano, se concentró en el invitado.
-No había notado su presencia. Me han hablado de usted señor Henrytustra. ¿Es usted aquel que lee las mentes del humanoide? ¿Es usted un brujo? Sabe, yo soy una persona supersticiosa. Creo que la mente nos puede jugar muchos trucos, necesito rituales para desencantar, pero de eso hablaremos luego, le tengo una habitación exclusiva de rituales. Por ahora concéntrese en mí, la obsesión por la limpieza. Todos me ven así como soy. Llevo la limpieza dentro de mí; cuando llego a un lugar observo detenidamente aquellos agentes que se encuentran en el aire, son partículas de polvo que pocas personas ven, pero que están ahí. Si usted observa detenidamente el sol a través de una ventana, usted podrá ver esos diminutos filamentos volar por todo el espacio. Hay casas donde es peor, mueven un trapo y estas partículas vuelan por todos lados, ahí nunca voy, gas! Hay mil ejemplos, mire, cuando me subo a un transporte público, ¿sabe cuántas personas han tocado los asientos y las agarraderas? Millones, cada una de esas personas, llenas de suciedad externa e interna propagando tantos virus. Ahí, no estoy hablando de filamentos, ahí le hablo de grasa pegada, de barro, de un elemento pagachento mezclado de tantas inmundicias que ningún científico se atrevería a investigar. Tocar eso es una bajeza, me ensucia, me contamina.
Una de las características de la personalidad obsesiva compulsiva es la tendencia a observar suciedad en cada espacio de su vida y por ende a limpiar esos espacios. Estas personalidades tienden a desinfectar exageradamente su habitáculo, ya sea su vivienda, su auto, etc. Así crean espacios seguros para ellos. Estas personalidades invitan poco a sus seres cercanos a sus habitáculos pues estos tienden a infectarlos con su presencia. Estas personalidades tienen una vista aguda y minuciosa, lectores agudos de suciedad. Observan el polvo en las esquinas de los cuartos, en los bordes de los platos, en los cubiertos, en los muebles, etc. Piensen en una suegra que llega de visita a la casa de su nuera o en la tía aquella que expone su vajilla en una vitrina. La preocupación de esta personalidad radica en que piensan que la suciedad se les impregna. Lo que crea tensión en la personalidad obsesiva-compulsiva es la idea de ensuciarse con el polvo o la suciedad que los rodea. En un orden de ideas, cuando observan la suciedad, creen que pueden ser contaminados con esa multitud de agentes externos. Por otro lado, piensan que si están sucios, están cometiendo el peor de los errores humanos, una especie de pecado según algunas religiones. De ahí pasan a los rituales que surgen como un lavado de sus obsesiones.
¿Es la suciedad un error? ¿Hasta qué punto hay que limpiar para ser perfecto? Se preguntaba Henrytustra. Como en todos y cada uno de los cuestionamientos sobre el humanoide, no hay una respuesta precisa ni una solución mágica. Henrytustra observaba que el anfitrión pasaba detrás de él con un trapo limpiando cada lugar donde caminaba, lo cual se convirtió en una dinámica particularmente interesante. Se sentía la tensión intra e interpersonal. Henrytustra especialista en reducir tensiones habló así:
-El mundo levanta polvo cada día. Hacemos parte de un universo compuesto por polvos cósmicos. Nuestra tierra gira todos los días removiendo aires y mares. La naturaleza es caótica, nunca sabemos lo que nos depara. No puedes aceptar ese movimiento que levanta polvo, mugre, suciedad. Te encuentras en una dinámica de control de tu entorno, en un bloqueo que no te deja pasar a tu nivel superior. Suelta la limpieza perfecta. Si tu objetivo en el camino de la vida es llegar a la limpieza perfecta de objetos, desperdicias tu vida en objetos y te quedas anclado en lo superficial. Los objetos no dan el verdadero valor a la vida". Así hablaba Henry Mosquera.
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