El sentimiento de superioridad en la personalidad Narcisista o buenos días, me llamo Napoleón.
En aquella alcoba se escuchaba la voz que continuaba hablando sin tener una reflexión profunda sobre el diálogo que se acababa de tener. Esta personalidad no acostumbraba a analizar sus dinámicas personales. Le dolía mucho cuando de a pocos se le abría la herida, el dolor psíquico era insoportable. Por ello prefería quedarse con el veneno guardado. Como decían los abuelos: más vale malo conocido que bueno por conocer. La personalidad Narcisista aplicaba este refrán al pie de la letra. Henrytustra tuvo que pasar por una registradora para salir de esa alcoba. Era la forma de cobrar por su compañía. La personalidad Narcisista le repetía de lejos que tarde o temprano le iba a pagar por esa charla. Henrytustra pacíficamente le explicó cuan largo es el camino. Henrytustra se dirigió de nuevo al salón de las imitaciones. ¿Y ahora qué es esta entrada tan falaz? Una entrada en donde el habitante de la alcoba gastó todo su dinero y se quedó sin fondos para terminar el interior.
-Entra, no tengas miedo, eso es sólo el comienzo. Tengo unos fondos que vienen del extranjero para construir la mejor casa que nunca hayas visto. Aquí va un helipuerto, acá voy a guardar un yate último modelo, por aquí se parqueará mi flota de Ferraris. Todo un lujo que sólo los grandes podemos darnos. Yo soy como un Napoleón, como un Cristo, como un ser superior, pero mejorado, una raza aparte, la especie superior, somos una élite, los semidioses de los que hablan en la mitología griega. Superioridad en belleza, superioridad en glamour, superioridad en gustos, superioridad en inteligencia. Sabes Henrytustra somos algo especial, un conjunto de cualidades que no todos tienen. Existen los humanoides superiores y los inferiores, la vida está hecha así. Estoy por encima de muchas cosas, de las emociones, de las pequeñas relaciones, estoy inclusive por encima de las leyes. Puedo entrar a un almacén y tomar lo que me dé la gana, entrar en una casa y llevarme lo que me dé la regalada gana porque me lo merezco. Tengo muchas propiedades, muchos autos, algún día te los mostraré, sí estás a la altura.
La personalidad Narcisista se reconoce cuando en su discurso en pocas frases dispara una ráfaga del pronombre personal, Yo. Se trata de un Yo inflado y desmesurado que busca estar por encima de los demás. La personalidad Narcisista cree estar sentado en un trono donde ella se proclama superior. Para esta personalidad, las otras personas son aburridoras ya que no se encuentran a su nivel. Ellas tienden a rebajar y humillar a otros los cuales van a utilizar como trampolín para valorizarse ante otras personas. Golpean al débil, se burlan de alguien con defectos, utilizan su familia para lograr sus objetivos. Generalmente mienten para embellecer su realidad. Piensan en proyectos superfluos e irrealistas en donde ellos son los chef de obra y los caudillos los que deben trabajar para realizarlos. Pueden romper las reglas fácilmente ya que creen que los castigos no son para ellos. Odian el juicio que alguien pueda hacer de ellos ya que no consideran que algún humano pueda juzgarlos. Cuando cometen delitos no se arrepienten porque ellos no se disculpan ante nadie. La culpa siempre es de los demás.
Henrytustra sentía mecanismos defensivos moverse, algunas ondas eran dirigidas contra él con el fin de utilizarlo como base y así el Narcisista podía consolidarse en el juego de la dominación. Henrytustra evitaba entrar en ese círculo. Su dialéctica consistía en desarmar al complejo de superioridad. Ya lo había cotejado muchas veces en el camino. De esas personalidades estaban llenas las cárceles y las universidades, medios muy conocidos por él. Con prudente articulación se dirigió al complejo de superioridad así:
-Debe ser difícil querer pasar al nivel superior y enterarse que estás en un nivel inferior. Reaccionas muy mal cuando te caes, eres colérico o agresivo por ende el manejo de tus emociones es precario. Compréndelo así, existen dos polos opuestos en los complejos. Sí tú muestras el complejo de superioridad es porque quieres esconder tu inferioridad. Tu puerta de entrada es suntuosa, pero no hay nada dentro de la casa. El oro brilla porque esa es su naturaleza, el cobre hay que brillarlo para que parezca oro. Tu complejo de inferioridad te avergüenza, te molesta, te humilla. Has construido un complejo defensivo para que no te siga doliendo. Lo comprendo, eso es lo que has vivido. Pero si tienes un poquito de introspección puedes dar un primer paso para implosionar ese sistema defensivo y encontrarte con una identidad más equilibrada. No conviertas al otro en tu referencia. Encuentra en ti mismo tu propia referencia. Así hablaba Henry Mosquera.
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