La irresponsabilidad en la personalidad antisocial o, 'es que ese trabajo es para machos'



¿Cuántos niños andan por ahí caminando abandonados a su suerte, hijos de padres y madres irresponsables que prefirieron centrarse en su beneficio personal? Se olvidaron de responderle a la vida, de responsabilizarse por esos pequeños que desafortunadamente empiezan la vida condenados a la calle. La irresponsabilidad es un trazo de personalidad antisocial que emerge en diferentes dimensiones del camino de la vida.


La casa de la personalidad antisocial se encuentra principalmente habitada por la irresponsabilidad. Humanoides que de una u otra forma no piensan y no pensaron en sus responsabilidades ni en el impacto que implicaba no cumplir con ellas. Por doquier, Henrytustra percibía humanoides que estaban estancados en esa casa y que parecían haber olvidado su primera responsabilidad, la de gestionar su propia vida. Un humanoide en particular preguntó:


-¿Buscas un irresponsable? Cualquiera de estos tiene ese trazo de personalidad -afirmó.


-Realmente no busco, voy avanzando encontrando lo que la madre tierra y la naturaleza del humanoide tienen para mí. Háblame de tu irresponsabilidad.


-Yo no creo ser irresponsable -afirmó aquel humanoide.


-Ningún humanoide acepta este adjetivo, pero si lo relatas, encontraremos ese trazo en ti.


-No pienso ser irresponsable, tengo tres maravillosos hijos por los que siempre trabajé cuando estaba afuera. Cuando ingresé a la prisión, mi compañera aumentó su consumo de drogas, ella sí es irresponsable. No se pudo ocupar más de los niños hasta que llegaron los servicios sociales y se los quitaron. Yo fui responsable porque siempre me ocupé de ellos.


La irresponsabilidad es un trazo característico de la personalidad antisocial. Se trata de sujetos que tienen dificultades para pagar sus deudas; comienzan desde pequeños faltando a sus obligaciones escolares, no llevan sus tareas al colegio. Paulatinamente, se observa que estos sujetos tienen dificultades para pagar los recibos de la luz y del teléfono. En ocasiones se endeudan con amigos a los cuales prefieren no pagar lo debido, prefiriendo perder la amistad. Muchas veces, la irresponsabilidad va asociada con el consumo de drogas o de alcohol. En este caso, los sujetos olvidan sus responsabilidades por satisfacer sus impulsos de consumo. En otros sujetos, se observan pérdidas millonarias a causa del juego patológico. Estos sujetos pueden gastar el dinero de la familia, las necesidades básicas de sus hijos, atrapados por sus deseos arcaicos. En la personalidad antisocial típica, se observan sujetos que tienen dificultades para respetar los horarios, no desean trabajar porque dicen buscar un trabajo sin jefes o con horarios flexibles, aunque en realidad no logran responder a las exigencias de los empleadores. Pueden ingresar a algunos trabajos, pero pierden el impulso en el mediano plazo y terminan por renunciar. Cuando rompen las reglas, el sujeto irresponsable busca obtener dinero fácil, hacer golpes rápidos y esporádicos. Es el caso de los ladrones, los secuestradores, los traficantes de drogas.


Henrytustra reflexionó acerca de los humanoides que adquieren responsabilidades a corto plazo pero se pierden en el camino porque pierden la cadencia, aquellos que se quedan en objetivos superficiales. "Vas dejando tirados hijos, perros y gatos; vas acumulando deudas, facturas, deberes; vas perdiendo relaciones, tu compañero(a), tu familia, tus amigos. No logras observarte, porque todos los irresponsables niegan serlo. Tienes mil justificaciones cuando se te cobra la plata que debes. El cumplimiento es algo difícil de instaurar para ti. Comienza por identificar las esferas de tu vida donde eres más irresponsable. Comienza con pequeños objetivos, paga el dinero a tu amigo, aunque sea a plazos; llega a acuerdos con las compañías; trata de ganar tu vida respetando los horarios y las consignas. Y sobre todas las cosas, cúmplele a tu familia. Pasa a un nivel de compromiso con aquellos que dependen de ti. Elabora un poco más allá de la relación superficial. Así hablaba Henry Mosquera.